
Desde niño, he disfrutado del pensamiento y el estímulo intelectual, primero en las ciencias exactas y después en las cuestiones filosóficas. No siempre encontré un espacio para compartir este interés, pero tras seis semestres de Ingeniería en Nanotecnología, descubrí una materia de textos filosóficos, ciencia y ciencia ficción.
En este cuento, El Vasto Exiguo de una Senda Letrada, reflexiono sobre la comunicación: más allá de las palabras, la intención, el tono y la interpretación definen nuestra comprensión. El relato propone una lectura no lineal, donde el único requisito es comenzar por el epílogo, invitando al lector a experimentar distintos sentidos según el orden elegido.